Esa misma semana habia un campamento de verano de las juventudes del partido Laborista de Noruega. De modo que la isla estaba bien concurrida de jóvenes. Y aprovechando la ocasión, Anders Behring llegó a la isla con la noticia del atentado. Asi que organizó un encuentro para contar los detalles sobre el ataque de Oslo. Muchos se reunieron a su alrededor sin ningún temor, porque el tipo estaba vestido de oficial de policia. El resultado... ya lo sabemos. ¡90 y tantos muertos!
De la noticia algo me preocupa desde hace tiempo y temo que pase una desgracia. La policia desde hace tiempo ha tomado la práctica de llevar oficiales en carrros sin identificación. A veces uno va por un highway, carretera y cualquier avenida y ve unos de esos carros parados en un costado de la via, deteniendo a un conductor porque iba a exceso de velocidad.
Esos oficiales van por la calle- en carros comunes y corriente - y mandan a detener a cualquiera. Y estamos viviendo en momentos muy peligrosos. Ya no tenemos la tranquilidad que habia antes del 911. De tal modo que cualquier loco puede inventarse la modalidad de ponerle luces a un carro y hacerse pasar por oficial y parar a cualquier conductor y hacer un atraco.
Lo correcto en vista de la situación de zozobra que estamos viviendo en Estados Unidos, es que los vehículos de la policia se puedan identificar fácilmente, por medio de tener las luces bien visibles asi como un número de identidad, el cual la propia policia se identifiquen entre sí.
Claro que dentro de la policia está el departamento de detectives, los cuales andan en vehículos privados. Ellos pueden continuar sin ninguna identidad, pero no deberian andar haciendo el papel de policia de tráfico -si es que lo hacen - poniendo tickets.
En camino a mi trabajo veo muchos carros oficiales sin identificar poniendo multas a dos manos.
Y la realidad es todos nos atrazamos para ir al trabajo y hay que ir un poco del límite de velocidad. A los propios policias se le hace tarde, pero como son oficiales, si alguien lo detiene, pues no pasa nada. Entre ellos mismos se lavan las manos.
De modo que no debemos esperar que pasen las desgracias para tomar medidas. Hay que saber prevenir para luego no lamentar. Lo que aconteció en la isla de Utoya, bien puede pasar en cualquier calle y autopista.
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