Una madre le regala dos monedas a su hijo. Una es para él y la otra es para Dios. Bueno, el muchacho entonces se dirige para la iglesia para darle la moneda a Dios. Pero camino a la iglesia se entretiene tirando una moneda al aire, una y otra vez. En una, la moneda cae al suelo y rueda hacia la cloaca. El niño, entonces mira hacia los cielos y le dice a Dios que esa era su moneda.
El niño contaba con dos monedas. Sin embargo, prefirio conservar la suya y darle a Dios la perdida. ¿En que ocaciones nosotros podemos ser necio como este niño?
El niño contaba con dos monedas. Sin embargo, prefirio conservar la suya y darle a Dios la perdida. ¿En que ocaciones nosotros podemos ser necio como este niño?
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