Cuando era muchacho escenas como estas, eran muy comunes en muchos hogares. Pero pensaba que ya para este tiempo tan avanzados, eran cosas del pasado. Pero la foto muestra que todavía hay padres que recurren a los castigos extremos para disciplinar a sus hijos.
En una ocasión una señora me comentó que su padre castigaba a sus hermanos colgándolo de una viga de la casa. El viejo les amarraba una pierna y los colgaba en la viga por un buen tiempo.Claro el viejo era del campo y estaba sólo repitiendo lo que sus padres le hacian a él cuando se portaba mal. Era todo una cadena.
Estoy de acuerdo con que a los hijos se debe disciplinar, pero el asunto es saber qué disciplina se debe aplicar, es decir cuándo y cómo hacerlo. Nunca estuve de acuerdo con la forma en que muchos padres castigaban a sus hijos. Por ejemplo, en mi casa si cualquiera de nosotros, sin querer se le rompia un plato, mi madre les daba una pela. No importaba si fue un accidente. Además que ella no preguntaba de cómo pasó, sino que de inmediato le daba una paliza al que rompió el plato.
Claro está que muchos alegan que fruto a esa forma de castigar, los muchachos no se hacian delincuentes. Pero en el tiempo en que estamos viviendo el problema es que en muchas familias no se aplica ninguna disciplina ni castigos a los hijos. Muchos de esos muchachos crecen en la calle, por su cuenta. Echan los dinetes en la vecindad, sin trabajar ni estudiar. Solo se pasan el dia vagabundiando con otros tigueritos, tan solo ideando cosas malas.
A mi hijos nunca los disciplino con violencia. Nunca le he puesto un block en la cabeza como señal de castigo. Claro que no son santos ni angelitos. A veces hay que imponerles sus castigos. Los hijos deben estar conscientes que todo acto malo tiene sus consecuencias. Pero nosotros como padres debemos tener presentes que debemos disciplinar de acuerdo a la etepa en la que estamos viviendo. No estamos viviendo en la década de los 70s, sino en un nuevo milenio. En el mundo de las computadoras, de la internet ect y sí que hay que aplicar los castigos pero acorde al tiempo que estamos viviendo.
Todo cambia, nada es estático. Ahora hay bastante información a la mano donde podemos aprender de cómo lidiar con los muchachos, de cómo corregirlos, de cómo disciplinarlos. Pero tristemente uno disciplina a los hijos como nuestros padres nos disciplinaron, sin embargo yo rompí esa cadena, de tal forma que aprendí a corregir a mis hijos de una forma acorde a los tiempos en que estamos viviendo. Sin golpearlos, ni incarlos sobre un guayo, ni amarrarlos de una viga como si fueran chivos.
Hasta ahora todo marcha bien, pues los muchachos están en clase de honores, no son delincuentes ni son adictos a nada. El futuro nadie lo sabe, pero lo que cuenta es el presente. Ellos no han visto violencia en su casa, ni malos ejemplos. Asi que si más tarde cambian es porque lo aprendieron en la calle.
La fotografía la tomé del blog Imágenes Dominicanas, de Reynaldo Brito
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