De vez en cuando escuchamos noticias bien aberrantes, como los casos de algunos profesores que abusan sexualmente de sus alumnos, así como algunos entrenadores deportívos. A veces me preguntaba ˘¿Como es posible que una persona que haya estudiado magisterio por cuatro o seis años en una universidad sea capaz de cometer esos actos de maldad y locura?
De más está decir que el magisterio es una profesión sagrada, porque son los encargados de educar a los hombres y mujeres del mañana. Y sé que la mayoría - por no decir todos - están consciente de la gran responsabilidad que llevan sobres sus hombros.
Y para tratar de entender esa conducta aberrante y antisocial, como es el abuso sexual de los niños en las escuelas, me preguntaba que puede motivar a una persona a hacer semejante daño. De tal manera que compartiré con ustedes mis conclusiones al respecto. No sé si será la correcta, así que el tema se presta a debate.
Lo que es más difícil de entender cómo una persona estudiada y preparada para trabajar con niños sea capaz de semejante conducta, a sabiendas que en cualquier momento lo pueden descubrir; y perder el trabajo e ir a la cárcel por un buen tiempo. Entonces ˘¿por qué se arriesgan tanto conociendo las graves consecuencias de sus actos?
En primer lugar ese tipo de personas, muchas veces fueron violados y maltratados sexualmente en su niñez. En muchos de los casos nunca se lo dijeron a sus padres - incluso a veces los abusadores son sus propios padres - así que nunca buscaron ayuda para superar semejante situación. En verdad que para un niño (a) debe ser muy traumático ser abusados sexualmente por una persona adulta, que muchas veces son tíos, primos o amigos muy cercanos a la familia.
Así que crecen con el dolor y un sentimiento muy pesado que no acaban de procesar. No
buscan ayuda psicológica para sacar esa experiencia de su vida. Por eso aunque se hagan profesionales y en el caso que lo aplico, se hagan maestros, todavía llevan ese deseo de hacerle a otros lo que le hicieron a ellos cuando eran niños.
Así que en muchos de ellos hay algo , un impulso muy fuerte de venganza y un deseo de tocar y abusar a otros niños. Ellos saben que su conducta es delictiva y que si lo descubren pueden ir a la cárcel por el resto de su vida. Pero a pesar de eso, en su ser, en su interior existe una fuerza, un impulso que en ciertos momentos los dominan y terminan violando y abusando a menores de edad.
Es un impulso parecido al que tiene una adicción a las drogas, que cuando trata de dejar el hábito se sienten intranquilos y nerviosos. Y si no tienen la suficiente fuerza de voluntad terminan cediendo ante sus deseos.
En mi trabajo hay una compañera que sufrió un ataque cerebral, fruto del fumar cigarrillos. Ella tuvo la dicha de sobrevivir sin tener ninguna consecuencias. Los médicos le aconsejaron que no volviera a fumar. Ella no volvió a fumar alrededor de un año. Después del año se fue olvidando del ataque cerebral y nuevamente está echando humo.
Ella me dijo que ya no aguantaba el impulso y las ganas de fumar. Y aunque sabía que no debía hacerlo, pero al final cedió a los deseos de su cuerpo que le pedía y la presionaba para que volviera a fumar. Ella me confesó que sentía unos impulsos muy fuertes que no la dejaban concentrarse en el trabajo. Al final me dijo que para entender a un adicto, hay que ser adicto a algo.
Con esta explicación no estoy justificando a los violadores sexuales. Más bien estoy tratando de explicar que impulsa a estas personas a hacer estas atrocidades y tratar de entender que les pasa por la mente. Nunca se debe abusar de un niño ni de ninguna persona, de eso estamos claros.
De ahí la importancia de cuidar a los niños, y evitar que nadie los abuse y de esa manera arruinarles su vida entera. Una buena salud mental es primordial en los niños, para que crezcan sanamente y nunca sientan en su interior hacerle daño a nadie, ya en su vida adulta.
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