De todas las amistades, hay uno en particular que considero mi mejor amigo. Nuestra amistad empezó cuando ambos éramos adolescente. Es una amistad sincera. Incluso su esposa es muy amiga de la toda mi familia. Y nunca habíamos tenido ningún problema.
Pero al comienzo del 2012 me llamó diciéndome que necesitaba una buena cantidad de dinero prestado. El tiene un negocio y para ese fin de semana tenia que saldar un pago y precisaba del dinero. De tal manera que me dijo que si podía prestarle el dinero que le hacia falta y que en plazo de un poco más de mes me devolvería la plata.
Antes de prestarselo se lo comunique a mi esposa. A ella no le pareció muy buena la idea. Y la verdad que a ambos no nos gusta prestar dinero. Pero en este caso era difícil decir NO, porque es mi mejor amigo. Además era la primera vez que me hacia ese giro. Así que después de analizarlo, ambos decidimos en prestarle el dinero.
Llegó el primer mes, luego pasaron los meses y el hombre no decía nada sobre el préstamo. Ya casi al año tuve que decirle que necesitaba el dinero. El vino a mi casa y me entregó la mitad. Pasaron cinco meses más y de nuevo tuve que recordarle que necesitaba el resto del dinero. Y en esa misma semana volvió a mi casa y saldó el resto de la deuda.
Nunca pensé que mi mejor amigo me engañaría, pero no me gustó que no me hablara claro para que era el dinero y cuando en sí me lo devolvería. Tampoco me gustó que tuviera que decirle que necesitaba el dinero y en cierta forma cobrárselo
No he querido entrar en detalle con él sobre el tema, pero parece que el usó el dinero para el negocio y luego lo usó para uso personal, pues se mudó y amuebló la casa. Y solamente se lo presté para el negocio y en un corto plazo.
Desde que le presté el dinero hasta que me pagó, dejé de llamarlo y nos hemos distanciado un poco. Creo todavía que es mi mejor amigo y sé que él debe pensar lo mismo de mí. Así que estoy tratando de dejar todo eso en el pasado y aprender la lección: cuando se presta se pierde al amigo como el dinero.
Reitero que no me gusta prestar, pero a veces es difícil negarse ante personas que uno aprecia y quiere y que es una amistad de infancia. Esos sentimientos fueron lo que me llevaron a prestarle la plata. Pero que conste que fue la primera y también la última.
Quizás él pensaba que cuando yo necesitara y le reclamara el dinero, entonces me lo devolvería. Pero no quedé en eso con él. Mas bien quedamos que en un mes o dos él iba a pagarme. Y como la situación se desarrolló diferente, pues he quedado un poco molesto. De manera que hemos decidido para no perder la amistad no volver a prestarle en el caso que pida otro préstamo. Y ustedes ˘¿Han pasado por una experiencia parecida?
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