El año pasado se casó una muchacha, que por cierto es bastante joven, y me pidió consejos para tener éxito en su nueva vida de pareja, en vista de la alta tasa de divorcios; algo que ella quiere evitar.
Lo primero que le sugerí es que postergara bastante la decisión de tener hijos. Ellos estan muy jóvenes y tenían o tienen mucho tiempo para decidir que hacer a ese respecto. Y que debian resistir la presión que hacen los amigos y la familia para que se reproduzcan.
Y es que el postegar la decision para más adelante de tener hijos tiene muchas ventajas. Pueden ir al cine en cualquier momento. Pueden ir a bailar más frecuentemente sin hacer muchos planes. Pueden ir de shopping el fin de semana sin pensar en horas de regreso. Es decir que casi pueden llevar una vida de pareja casi como si estuvieran solteros.
La razón de eso es que la llegada de los hijos le cambia la dinámica a la vida de la pareja, en especial el primer hijo, ya que la pareja no tiene experiencia alguna sobre el cuidado de un bebe y por ello tienden a cuidarlo demasiado y por cualquier cosa se mandan para el hosspital, algunas veces por una simple fiebre.
Y reitero que la vida en pareja en su principio es muy placentera. Se dispone de mucho tiempo, Se puede viajar más a menudo sin tener que contar con mucho dinero. Tienen más espacio y la pareja se pueden concentrar en ambos para ensanchar su relación.
Y otro dato muy importante para el hombre es que la mujer está más dispuesta y descansada para hacer el amor con su hombre amado. ¿Por qué? Porque los bebes le consumen mucho tiempo a la mujer y ellas por lo general le dedican mucho tiempo a los hijos, sacrificando asi el tiempo que le toca a su esposo. De ahí que para muchas madres les resulta muy difícil, aun deseándolo, hacer el amor con su esposo, después de pasar muchas horas cuidando a su bebe.
No estoy en contra de que la pareja tenga hijos, pues yo mismo tengo dos hijos, sino que es muy sabio que la decisión se posponga para más adelante. Nosotros duramos diez años para tener la primera hija. Mientras tanto disfrutamos a plenitud esos diez años sin hijos. En lo sexual pues se quema mucho esa etapa, pues los hijos le quitan la espontaneidad a la vida sexual. Ya cuando hay hijos se hace el amor cuando se pueda, no siempre cuando uno quiera y apetezca.
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