En la casa tenemos un gato - que según todas las gatas del vecindario - las tienes a todas babiando. El gato casi no quiere estar dentro de la casa. Cuando cae la noche, se pone nervioso, y empieza a caminar de la cocina a la sala una y otra vez. Esa es su señal para que lo dejen salir al patio.
Hay una morena - una gata - que no le pierde la mirada. Siempre anda por nuestro patio, llamandolo y gritandole que salga. Pero esa morena es bruta. Tiene los juegos muy pesados. Cada vez que el gato sale con la morena, llega todo cortado y arañado. A la gata la hemos llamado Venya, porque es muy violenta y provocativa.
Ultimamente el gato casi no quiere salir al patio. Parece que las peleas y los golpes que ha recibido lo han atemorizado. ¡Y es que el ya sabe que las morenas son peligrosas!
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