La noticia de este fin y comienzo de semana ha sido el apresamiento del jefe del Fondo Monetario Internacional, Dominique Strauss-Kahn. Ante todo, quiero aclarar que no estoy enjuiciandolo, pues en la corte es donde se sabrá lo que en realidad pasó en su cuarto de hotel.
Mi enfoque es cómo reacionó Sinclair - su esposa - cuando supo la noticia. Ella aseguró que no cree ni por un segundo las acusaciones que pesan sobre su marido y que no duda de la inocencia de su papi. En otras palabras, que ella mete las manos en el fuego creyendo que no se va a quemar.
Como ella hay cantidades de mujeres que sacan la cara por su marido, cuando estos caen en problemas de faldas. Y es que un buen número de mujeres son un tanto ingenuas en este respecto. Cuando la realidad es que cualquier hombre puede envolverse en un problema de faldas cuando se trata de mujeres. La debilidad del hombre es la mujer.
Dominique Strauss-Kahn tiene fama de mujeriego. Ya en el 2008 tuvo un problema con otra mujer, pero en este caso la acosada no lo llevó a la corte. Pero el caso presente es bastante serio y según los detectives el caso parece que tiene mucha credibilidad.
Son muchos los casos de políticos y gente importante que se ven envueltos en acosos sexuales. Está el caso del italiano Berlusconi, un tipo ya con 74 años, pero que la edad no le quitado su fuerza sexual. Está el caso de John Edwards que hizo campaña para la convención demócrata en el 2004. Mientras su esposa estaba batallando contra el cáncer y haciendo campaña política, él estaba fornicando con una prostituta.
Bill Clinton fue otro que la pasó muy difícil con el problema que tuvo con Mónica. De tal modo que la lista es muy extensa para continuarla. Y aún asi hay mujeres tan ingenuas que siguen confiando en sus maridos, sin contar que los hombres son bestias sexuales. Que tienen unos impulsos sexuales muy fuertes y que en cualquier momento pueden caer ante la chancleta femenina.
Si yo fuera mujer nunca sacaria la cara por un hombre. Como sé cómo siente y actúan los hombres, sé para qué somos capaces. Y aunque uno ame mucho a una mujer, eso no garantiza que uno le será fiel. Esto es algo que las mujeres nunca entederan, pues ellas son más fieles y resisten mucho mejor cualquier tentación u oportunidad de infidelidad que se les presente. Y conste que hasta ahora nunca he sido infiel a mi esposa y espero seguir asi, aunque no me atrevo a jurarlo. Y es que asi somos. Ese es el molde del cual estamos hechos.
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